Entrevista con Jesús Zaplana García
¡Hola!
Como podéis ver estamos teniendo una semana llena de post y, por eso, hoy os traigo una entrevista recién salida del horno. ¿Recordáis que el sábado os traía una reseña? Para los que no lo recordeís o, no lo hayáis leído, el sábado leí La conspiración Magiar de Jesús Zaplana García y, os publiqué la correspondiente reseña, que os recomiendo que la leáis (os dejo el link aquí).
Estuve hablando con el autor y, tuve la suerte de que me dijo que sí y, accedió a contestar a todas mis preguntas y, aquí tenéis todas las respuestas.
Como podéis ver estamos teniendo una semana llena de post y, por eso, hoy os traigo una entrevista recién salida del horno. ¿Recordáis que el sábado os traía una reseña? Para los que no lo recordeís o, no lo hayáis leído, el sábado leí La conspiración Magiar de Jesús Zaplana García y, os publiqué la correspondiente reseña, que os recomiendo que la leáis (os dejo el link aquí).
Estuve hablando con el autor y, tuve la suerte de que me dijo que sí y, accedió a contestar a todas mis preguntas y, aquí tenéis todas las respuestas.
Lo primero es lo primero, tanto mis lectores
como yo queremos conocerte más. Cuéntanos un poco sobre ti.
Soy un tipo
tímido y observador, un soñador incorregible. Tengo a Cartagena clavada en las
entrañas y sigo siempre los dictados de mi corazón. Llegué hace trece años a
esta Ciudad sin mar; si permanezco en ella a día de hoy es por mis hijas Paula
y Leire, que son mi mundo. Otros pilares indispensables son la familia, mis
amigos y los libros.
¿Cómo empezaste a escribir?
Creo que la escritura
ha sido algo puramente vocacional, una parte esencial de mí. Te pongo un
ejemplo: a los ocho años llené un cuadernillo escolar con historias de
extraterrestres; lo estructuré en varios capítulos con distintas aventuras.
Presentaba a los personajes en el primer capítulo, algunos ganaban
consistencia, otros morían en el transcurso de la trama… Aún lo conservan mis
padres.
Supongo que como a la gran mayoría de los
escritores te gustará leer, ¿quién es tu autor favorito? ¿Y tu libro?
Antes que
escritor he sido siempre lector, desde muy niño. No sé ir a ningún sitio sin un
libro entre las manos. Podría nombrarte varios autores favoritos: Raymond
Chandler, García Lorca, Vázquez Montalbán, Petros Márkaris, García Márquez. Si
tuviera que elegir un libro en prosa, sería El Quijote. Cada relectura me aporta
nuevos matices.
En La Conspiración Magiar el estilo es muy
lírico, ¿crees que tu estilo se ha visto influenciado por alguien?
Más que por
alguien, yo diría que está influido por mi anterior etapa creativa, en que
trabajaba fundamentalmente la poesía. La conspiración magiar es la primera de
las cuatro novelas que he escrito en este último lustro, y se nota aún esa
herencia. Allí se aprecia determinado léxico o estructuras sintácticas que
resultan chocantes a la hora de trasplantarlas a la novela negra. En ese
sentido pienso que, desde entonces, mi prosa ha acusado una evolución
necesaria: ahora se ha aligerado de ornamentos y es más directa, más ágil.
El otro día me comentaste que eras poeta,
¿cómo se te ocurrió pasar de poeta a escritor de novela negra?
Fue un proceso
más lógico de lo que a primera vista parece. De adolescente escribía poesía.
Con veintidós años acabé mi primera novela, y al tratar de publicarla una
editorial me estafó, nunca llegó a publicarse el manuscrito. Saqué una conclusión
errónea: pensé que me lo merecía. A raíz de ese episodio estuve quince largos
años sin escribir. Afortunadamente me he reconciliado con esa vocación que late
en mí, y ese reencuentro se produjo con un chico de 37 años que tenía otro
bagaje vital, más curtido y definitivamente menos utópico. La novela en general
y el género negro en particular están ahora más cerca de mis referencias,
aunque ocasionalmente sigo escribiendo poemas.
Ugarte es un protagonista muy interesante,
salvando las distancias, por aquello de que es un sicario, ¿tenéis algo en
común?
En realidad
tenemos varios puntos comunes: el sentido del humor cínico, el punto de
rebeldía contra los modelos establecidos, la fidelidad a los propios
principios. También esa vertiente solitaria y un tanto melancólica.
Háblanos un poco del resto de tus trabajos
publicados.
Sin contar las
dos novelas de la serie de Ugarte, desde 2012 he publicado textos en diferentes
antologías. De los más lejanos en el tiempo, siento especial cariño por «El
guardián de sonrisas», elegido finalista y publicado por la oenegé EAPN. Entre
los más recientes, mencionaré mi relato «Volver a empezar», finalista en el
certamen Bruma Negra de Plentzia (Vizcaya) y publicado en la revista Calibre 38.
Y acabo de cumplir otro sueño: participar con mi relato «Siberia» en la
antología organizada por Cartagena Negra (una de las citas punteras acerca de
novela negra en el país). Ha tenido una excelente acogida entre los lectores.
¿Qué más podemos esperar de ti en el futuro?
¿Hay algún otro libro en el horizonte?
Sin contar mi
primera novela (que considero un mero aprendizaje) tengo otros dos manuscritos
inéditos: El canto de la moneda y El Codex. Una de ellas está actualmente a
concurso, y la otra pendiente de evaluación en una editorial. También estoy
preparando un poemario a medias con mi amiga Marta Caro. Y Ugarte sigue
llamando a la puerta, pidiendo paso para nuevas aventuras…
Muchas gracias por contestar todas mis
preguntas, pero me queda una última. ¿Cuál es la pregunta que te hubiese
gustado que te hubiera hecho? ¿Y su respuesta?
Por ejemplo:
¿cuáles son tus puntos fuertes como escritor? ¿Y los débiles? Mi respuesta: uf,
qué pregunta tan complicada (jaja). Empezaré por lo peor: soy demasiado
sintético. Sufro a la hora de escribir, y ello se plasma en que mis novelas son
de corta extensión. Es un aspecto que debo mejorar. En cuanto a lo que
considero mis puntos fuertes, creo que residen fundamentalmente en las
descripciones, tanto de lugares como de personajes: mis lectores me comentan
que son muy visuales, fáciles de imaginar.
Muchas gracias
por la entrevista, Marta. Ha sido un placer.
Muchas gracias a Jesús por haber contestado a todas mis preguntas. Y, a vosotros por pasaros.
Nos vemos en el próximo post.
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